En el artículo de hoy vamos a conocer los diferentes tipos de almohadas y las ventajas y desventajas de cada una. En un artículo anterior conocimos los diferentes tipos de colchones que existen y la importancia de cambiarlo al menos cada diez años. Pero, ¿qué ocurre con las almohadas? Estos equipos de descanso también se van estropeando y perdiendo sus propiedades con el tiempo. Por eso es fundamental cambiarlas cada cierto tiempo, más o menos cada dos años.
¿Qué diferentes tipos de almohadas existen y cuál se adapta mejor a nuestras necesidades? Conocer esta información es fundamental para disfrutar de un sueño reparador y cuidar nuestras cervicales.
Diferentes tipos de almohadas
Dependiendo de su relleno, una almohada será más mullida, o por el contrario más firme. Además, el relleno también influirá en lo transitable que sea, y por tanto, también en el calor que dé.
Almohadas viscolásticas
La almohada viscolástica es el tipo de almohada más vendida en la actualidad. Este relleno permite que el peso de la cabeza se adapte con firmeza y de forma progresiva, sin hundir la almohada.
En Grupo Deluxe apostamos por la calidad de la Almohada Turmalina de Vital Energy, el primer sistema de descanso compuesto por turmalina certificada que logra un equilibrio vital para una sensación de bienestar plena. Esta almohada, además de estar compuesta por una alineación geométrica perfecta de turmalina micropulsada para conseguir un sueño más reparador, tiene un relleno viscolástico.
Su sistema viscolástico logra que tanto la cabeza como el cuerpo se adapten por completo a la superficie tumbada, favoreciendo que sus usuarios disfruten de un descanso más placentero.
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Su principal inconveniente es que al tratarse de un material más técnico, su precio es algo más elevado.
Almohadas de látex
El látex es un material flexible y resistente. Esto hace que las almohadas de este material aguanten más tiempo en buen estado, sin sufrir apenas deformaciones.
Además, el látex es un material alergénico e higiénico, ya que mantiene un buen nivel de frescos y no permite que los ácaros de polvo se acumulen en él.
Al igual que las almohadas viscolásticas, las de látex también suelen ser más caras que otros tipos de almohadas.
Almohadas de fibra
Las almohadas de fibra son la opción más económica, ya que están rellenas de fibra de poliéster. Aunque no todas las almohadas de este tipo son de la misma calidad. Algunas marcas apuestan incluso por poner fibras más cortas con la idea de imitar a las almohadas de plumas y que sean más moldeables.
La desventaja de la fibra es que aguanta peor el paso del tiempo y no suelen ofrecer un buen apoyo ni para el cuello, ni para la cabeza.
Almohadas de plumas o plumón
Las almohadas de plumas suelen ser más blandas, mientras que las de plumón más contundentes y con mejor apoyo. A veces se combinan estos dos materiales naturales para adquirir unas propiedades mejoradas.
Aunque son más caras que las almohadas de fibra, también resisten mejor el paso del tiempo. Como desventaja, señalar que las almohadas de pluma y plumón pueden generar más alergias. Además, hay que mullirlas bien antes de usarlas y a veces puede notarse la parte más dura de las plumas en la cara (aunque esto no ocurre con los modelos más caros).
Almohadas de gel
Las almohadas de gel, o almohadas con núcleo perforado de gel están rellenas de espuma de poliuretano mezclada con polioles sintéticos y naturales. Estos materiales permiten que se mantenga una temperatura neutra toda la noche y que la espalda se mantenga en una buena postura.
Son almohadas termoestables y antiácaros. Además, resultan muy buena opción para quienes buscan una almohada cervical.
Tienen unas características y ventajas similares a las almohadas viscolásticas, pero por lo general su precio es más elevado.
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